
Perú en Crisis: Corrupción, Protestas y Desconfianza en las Instituciones. Perú atraviesa una de las crisis políticas y sociales más profundas de su historia contemporánea. Con un panorama marcado por la desconfianza ciudadana, denuncias de corrupción, violencia en las calles y un Congreso ampliamente impopular, el país se encuentra sumido en una espiral de inestabilidad institucional. A continuación, exploramos los factores clave que explican esta situación crítica, los antecedentes recientes, y lo que podría deparar el futuro para la nación andina.
1. Dina Boluarte y un Gobierno Cuestionado
Desde que asumió la presidencia en diciembre de 2022, Dina Boluarte ha enfrentado una ola de rechazo ciudadano. La expresidenta del Congreso llegó al poder tras la destitución de Pedro Castillo, quien intentó disolver el Congreso en un fallido intento de autogolpe.
Aunque Boluarte prometió restaurar la calma, su mandato ha estado plagado de controversias. En abril de 2025, las cifras de desaprobación alcanzaron niveles históricos: más del 91% de los peruanos rechazan su gestión, mientras que apenas un 5% la respalda. Los sondeos también revelan un profundo malestar respecto a la corrupción, el deterioro de la seguridad ciudadana y la falta de respuestas políticas.

2. Las Heridas Abiertas del Castillo.
La crisis política no comenzó con Boluarte, sino con su predecesor, Pedro Castillo, un ex maestro rural que llegó a la presidencia en 2021 bajo la bandera de la lucha contra las élites políticas.
Castillo protagonizó una serie de escándalos de corrupción, nombramientos improvisados, y enfrentamientos constantes con el Congreso. Finalmente, intentó un autogolpe el 7 de diciembre de 2022. La respuesta fue inmediata: fue destituido, arrestado y trasladado a prisión preventiva, acusado de rebelión y conspiración.
Este evento polarizó a la sociedad peruana. Mientras muchos lo vieron como un intento dictatorial, otros —especialmente en el sur andino— lo consideran un líder popular víctima de un sistema político que nunca lo aceptó.
3. Protestas Nacionales y Represión Estatal
Tras la caída de Castillo, una ola de protestas se desató en distintas regiones del país. Las manifestaciones, que exigían la renuncia de Boluarte, nuevas elecciones y una Asamblea Constituyente, fueron especialmente intensas en regiones como Puno, Cusco, Ayacucho y Arequipa.
El gobierno respondió con una represión violenta que dejó al menos 49 muertos y más de 1,300 heridos, de acuerdo con informes de organismos nacionales e internacionales. Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han condenado el uso excesivo de la fuerza y han exigido investigaciones independientes.
En noviembre de 2023, la Fiscalía de la Nación presentó una denuncia constitucional contra Boluarte y el premier Alberto Otárola, acusándolos de homicidio calificado por las muertes ocurridas durante las protestas.

4. El Escándalo de los Relojes y las Sombras de la Corrupción
En 2024, el gobierno de Boluarte fue golpeado por un nuevo escándalo: el caso conocido como “Rolexgate”. La presidenta fue cuestionada por la posesión de varios relojes de lujo cuyo origen no pudo justificar. A pesar de los intentos del Ejecutivo por minimizar el caso, la investigación por presunto enriquecimiento ilícito se encuentra abierta.
Además del caso de los relojes, el Congreso peruano ha sido blanco de otras investigaciones, incluyendo una red de prostitución y tráfico de influencias en la que estarían involucrados congresistas, asesores y funcionarios del Estado.
Todo esto ha profundizado la percepción de que la política peruana está dominada por intereses oscuros y redes de poder corruptas.
5. Reformas Peligrosas: ¿Democracia en Retroceso?
Mientras la ciudadanía clama por cambios profundos, el Congreso ha optado por blindarse y reformar la Constitución en su beneficio. En marzo de 2024, se aprobó la reinstauración del sistema bicameral, pero también se permitió la reelección de congresistas, una medida ampliamente rechazada por la opinión pública.
Asimismo, el Congreso ha debilitado herramientas claves de lucha contra la corrupción, como la Ley de Colaboración Eficaz, obstaculizando las investigaciones de fiscales y jueces.
Diversos analistas señalan que se está consolidando una “coalición autoritaria” entre el Legislativo y el Ejecutivo, que busca concentrar el poder y bloquear reformas democráticas.
6. Inseguridad: Un Estado sin Control
En paralelo a la crisis política, Perú vive un aumento alarmante de la inseguridad ciudadana. Lima, la capital, ha sido escenario de crímenes violentos, extorsiones a comerciantes y ataques contra colegios.
El gobierno ha respondido con la declaratoria de estado de emergencia en varias regiones y ha desplegado fuerzas militares en las calles. Sin embargo, estas medidas no han reducido el miedo de la población ni resuelto el problema de fondo: el crecimiento del crimen organizado.
El crimen y la violencia son ahora uno de los principales problemas para los ciudadanos, incluso por encima de la inflación o el desempleo.
7.Crisis Económica: Crecimiento Estancado y Desigualdad
Aunque Perú ha sido históricamente una de las economías más sólidas de América Latina, la incertidumbre política ha afectado la inversión, la generación de empleo y la confianza del consumidor.
El crecimiento económico se ha estancado por debajo del 2%, y sectores como la minería —clave para las finanzas del país— han sido paralizados por conflictos sociales y falta de diálogo con las comunidades.
La pobreza, que había retrocedido en años anteriores, ha vuelto a aumentar, afectando principalmente a las regiones rurales del sur andino.
¿Qué viene? Elecciones en 2026 y Futuro Incierto
Ante la presión social y la falta de legitimidad, Boluarte anunció que las elecciones generales se celebrarán el 12 de abril de 2026. No obstante, muchos sectores consideran que es demasiado tarde y exigen su renuncia inmediata.
Los movimientos sociales, sindicatos y organizaciones indígenas han anunciado nuevas jornadas de protesta. La posibilidad de una explosión social similar a la de 2022-2023 sigue latente.
Además, no hay claridad sobre quién podría liderar una transición democrática creíble. La mayoría de partidos tradicionales están desprestigiados y los liderazgos emergentes aún no logran articular un proyecto político con respaldo nacional.
El Rol de la Prensa y los Medios Regionales
En este contexto, los medios de comunicación juegan un papel clave. Mientras algunos medios nacionales han sido criticados por su parcialidad o silencio frente a los abusos del poder, las radios regionales y las plataformas digitales se han convertido en espacios vitales para la denuncia ciudadana y la defensa de los derechos humanos.
www.radioenergiaenvivo.com, como emisora comprometida con la información libre y plural, continuará cubriendo los hechos con responsabilidad y cercanía a las voces del pueblo. Desde nuestras cabinas y plataformas digitales, mantenemos abierta la señal para la verdad, la reflexión y la esperanza.
En Conclusión
La crisis política en Perú no es un fenómeno aislado, sino el resultado de décadas de corrupción, exclusión social y falta de voluntad política para construir un país más justo. Hoy, más que nunca, se requiere una ciudadanía vigilante, una prensa independiente y una clase política que escuche el clamor popular.
Las elecciones de 2026 podrían ser una oportunidad para renovar el contrato social, pero solo si se garantiza la transparencia, la participación y el respeto por los derechos fundamentales. Mientras tanto, el Perú sigue de pie, herido pero no vencido, en busca de un futuro mejor.
Sigue conectado a www.radioenergiaenvivo.com para más noticias, análisis y transmisiones en vivo desde el corazón del Perú.